Un virus ha puesto en cuarentena al planeta. De diferente modo, en distintos tiempos y ritmos, pero prácticamente todos los países han sido expuestos a una enfermedad zoonótica. La COVID-19 no ha sido la primera ni será la última pandemia en la historia humana; las crónicas las refieren desde tiempos inmemoriales. Eso se sabe, pero nunca se había generado una en tan corto tiempo, de manera tan extensa y con resultados que todavía no se pueden estimar.
Seguramente ha habido epidemias más mortíferas que esta; no hay duda que se encontrarán narraciones y estadísticas más letales que las de estos días; pero la profundidad, los efectos económicos, políticos y subjetivos causados por el SARSCoV-2 distan mucho de ser anodinos, o solo ejemplos de algún repertorio de siniestros. Se trata de un evento inédito: la mundialización de una pandemia en poco más de un mes.