Las fuerzas políticas que produjeron la reforma son relaciones de personas, de hombres y mujeres que detentan la re- presentación popular en el Congreso de la Unión, en las legisla- turas estatales y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (en ese entonces). Son relaciones interpersonales, partidarias, econó- micas e ideológicas. En pocas palabras: tienen nombre y apellido.

A veces, los personajes se pierden en la bruma de las votacio- nes generales y la disciplina partidaria; en otras destacan por un discurso, una iniciativa, un posicionamiento o, sencillamente, por su capital político. También por sus expectativas personales, su tra- yectoria y sus ambiciones.

Desentrañar el papel que jugaron los más conspicuos diputados y senadoras de la reforma constitucional, es una parte sustantiva del presente, pero también de su devenir y de sus biografías políticas.

En tiempos electorales se produce una espesa bruma retórica. Los discursos circulan, las pasiones se desbordan, las emociones oscurecen la razón y las interrogaciones parecen desaparecer entre tantas certezas, tantas descalificaciones, tantas apuestas.