Vivimos tiempos sombríos. Tiempos aciagos. Tiempos revueltos. Los propios de un cambio de época. Cuando lo nuevo apenas barrunta en el horizonte mientras lo viejo no acaba de morir. Tiempos de desafíos y de combates. Tiempos azarosos.

Son tiempos que no caben en los conceptos, que desafían las explica-ciones, trastocan los sentidos y pervierten la razón. Nada es seguro, ni siquiera las nociones con las que comprendíamos el mundo. ¡Las mismas que nos trajeron hasta aquí!

¿Cómo salir de la oscuridad utilizando el saber que la produjo? ¿Cómo solucionar las crisis con el mismo pensamiento que las creó? ¿Cómo en-frentar a los poderes usando sus mismas teorías, sus mismas prácticas, sus mismos artilugios? ¿Cómo cambiar el destino de las luchas si se repiten las fórmulas que siempre han fracasado?