El Pin Parental es una más de las estrategias utilizadas por la ultraderecha en su histórico combate contra la educación laica, pública, gratuita y democrática. Una más, actualizada y redirigida hacia los avances logrados por los movimientos progresistas, de derechos humanos, feministas y de la diversidad sexual. Su ataque es de fondo, contra las conquistas de esos movimientos y sus expresiones educativas en temáticas como equidad, inclusión, perspectiva de género, igualdad sustantiva y formación de individuos que luchen contra los prejuicios, el fanatismo y la ignorancia. Por eso hay que decirlo claramente: el Pin Parental es un instrumento para atacar la pedagogía de la equidad, la igualdad, los derechos sociales e individuales, todo lo que está establecido en el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. No se trata entonces, ni de una ocurrencia ni de algo pasajero, sino de una arremetida en un proceso histórico-concreto, por eso, sería un error concebirla como un problema académico o de discusión mediada por la razón y las fundamentaciones; se trata de una disputa política, en el sentido mas clásico de la palabra, de la constitución de la polis, de los procesos de trasmisión y creación de conocimientos y valores en sociedad, de los procesos de subjetivación y de formación ciudadana; de eso se trata, por eso, no hay que detenerse solo en mostrar las incoherencias y barbaridades lógicas de la ultraderecha, sino desmontar sus propósitos, develar sus condiciones y sus objetivos; más aún se trata de formar anticuerpos sociales y subjetivos a la infección cognitiva de la ultraderecha.